El Futuro llegó: La Propiedad.

Por Matapiøjøs

Lo que más divide a los cubanos, tanto a los de adentro como al exilio son los chismes, los dimes y diretes y las tácticas diversionistas inventadas por el gobierno de la isla. Lo más que nos debía concernir no son los aspirantes a presidir la República, ni siquiera la forma o pureza doctrinal del próximo y subsiguientes gobiernos, ha de ser más que nada el asunto de la propiedad privada. La propiedad representa el principio de representación y legitimación de la sociedad; la propiedad representa el amor de padres a hijos. ¿A quién no le gustaría tener legítimamente una casa, donde transcurrir horas felices junto a sus padres e hijos? ¿ Ver la finca que con el trabajo familiar es fuente de sustento y amor? El amor a los hijos y los nietos.

La propiedad es, ha sido desde los albores de la Humanidad, la única y verdadera base de la civilización. La sociedad se defenderá a si misma con cualquier clase de gobierno, aunque esto implique la barbarie de turbas paramilitares atacando mujeres y niños y destruyendo la fibra moral de un pueblo, pero la verdadera defensa es sentar las bases del reconocimiento de la propiedad privada, aunque signifique abjurar de viejas creencias socialistas que se llaman a sí mismas (pseudo) científicas. Los que defendemos la propiedad, y todas las necesidades divinas y materiales, debemos crear una tendencia de pensamiento legítimo, constituir un verdadero partido político donde quepa tanto el dueño de un bohío, como el propietario de grandes potreros, porque para el campesino es tan importante su bohío, como lo son sus potreros para el gran hacendado. Además. se le estaría haciendo honor al principio de Derecho Común que a la casa de hombre puede entrar el sol, el viento, la lluvia y los insectos, pero que los «hombres del Rey» tienen que respetarla y permanecer afuera.

Desintoxíquemonos de 53 años de barrabasadas castristas y asumamos la reconstrucción de Cuba con el conocimiento claro y preciso para reinventar una República que perdure y sea sustentable ante el reto y los embates del tiempo y las condiciones cambiantes del mundo moderno.

Aclaraciones:

1)  La esencia doctrinal concuerda con las ideas de Pedro José Proudhon, y por ellas Marx lo calificó como «pequeño burgués.»